Estar embarazada es un momento especial, pero cuando hace calor afuera, puedes sentir que llevas un pequeño calentador contigo a todas partes. Este calor, que podría sentirse bien en cualquier otra ocasión, puede sentirse abrumador, y el sol de verano puede hacer que hasta las cosas más sencillas se sientan agotadoras. Aquí tienes algunos consejos simples para ayudarte a mantenerte fresca, cómoda y segura durante un embarazo de verano.
Mantenerte hidratada es fundamental, especialmente en el verano. El agua es excelente, pero también puedes probar bebidas como jugo de naranja, leche o bebidas deportivas para mantener tus niveles de hidratación. Para mayor variedad, puedes probar el agua de coco, que hidrata de manera natural y es rica en electrolitos, o tés helados de hierbas, que son refrescantes y sin cafeína. Los licuados de frutas frescas y el yogur son otras opciones que puedes probar, ya que ofrecen hidratación y nutrientes.
Y aunque mantenerte hidratada es crucial, es importante hacerlo inteligentemente. Ten cuidado de no beber demasiada agua ni otros líquidos de golpe. Beber grandes cantidades rápidamente puede provocar una condición llamada intoxicación hídrica, que diluye los electrolitos del cuerpo. Esto puede causar síntomas como calambres musculares, fatiga y, en casos severos, confusión o inconsciencia. Para mayor seguridad, bebe agua poco a poco a lo largo del día para mantener tus niveles de hidratación estables.
Es normal que tus pies y tobillos se hinchen durante el embarazo, especialmente con el calor del verano. Esto ocurre porque el cuerpo produce líquido adicional para el crecimiento del bebé, y el vientre, al crecer, presiona los vasos sanguíneos, lo que dificulta la circulación de la sangre en las piernas. Beber mucha agua y mantenerte hidratada puede ayudar al cuerpo a regular los niveles de líquidos y a eliminar el exceso de sal para sentir alivio cuando estás hinchada. Consumir alimentos ricos en potasio, como el plátano y el aguacate, también favorece el equilibrio de los fluidos del cuerpo.
Para aliviarte aún más cuando te sientas hinchada, intenta elevar los pies siempre que sea posible. Elevar los pies puede aliviar la hinchazón porque ayuda a que la sangre fluya de regreso al corazón. Al levantar los pies, la gravedad aleja la sangre y los líquidos de los pies y los tobillos, lo que reduce la hinchazón y te hace sentir más cómoda. Si necesitas estar parada, usa zapatos cómodos y calcetas de compresión para mejorar la circulación. Recuerda tomar descansos para sentarte y levantar los pies. También puedes ponerte una toallita fría sobre los pies o remojarlos en agua fría para aliviar el dolor.
Las mujeres embarazadas muchas veces sienten más calor porque sus cuerpos tienen más sangre, lo que acerca el calor a la piel. Esto puede hacer que un día caluroso se sienta aún más caluroso. Para mantenerte fresca y evitar el sarpullido por calor, usa ropa ligera que permite que tu piel respire, como vestidos y camisetas sin mangas. También puedes usar varias capas para poder ponerte o quitarte la ropa fácilmente según cambie la temperatura. Así, estarás cómoda sin importar cuánto calor haga.
Mantenerte activa durante el embarazo es importante para tu salud y puede ayudarte a sentirte mejor en general. El ejercicio puede mejorar tu estado de ánimo, mejorar el sueño y hasta hacer más fácil el parto. Es bueno mantenerte activa, pero intenta hacer ejercicio cuando esté más fresco, como por la mañana o por la noche, o haz ejercicio adentro para evitar el calor excesivo.
Si eras activa antes del embarazo, generalmente puedes continuar con tus actividades normales. Pero evita empezar ejercicios nuevos que sean extenuantes. Una actividad de bajo impacto que puedes probar es la natación, ya que no le pone presión a tus coyunturas.
Recuerda, siempre consulta con tu médico, especialmente si tienes un embarazo de alto riesgo, para asegurarte de que tu rutina de ejercicios sea segura para ti y tu bebé.
Es importante estar atenta a las señales que sugieren que podrías estar demasiado acalorada. Aquí tienes algunos síntomas a los que debes poner atención y lo que puedes hacer:
Mareos
Sed excesiva
Cansancio o debilidad
Cámbiate a un lugar fresco y sombreado o a un lugar con aire acondicionado.
Toma agua o una bebida que recupere electrolitos.
Descansa y relájate hasta que te sientas mejor.
Si los síntomas persisten o empeoran, o si sientes cansancio o debilidad excesiva, es importante que llames a tu médico.
Cuidarte es fundamental para disfrutar de esta época tan especial. Aunque el verano puede ser caluroso, saber cómo manejar el calor te permitirá disfrutar de la calidez y la alegría del embarazo con comodidad y seguridad.
